Guía completa de prevención y seguridad en el hogar: electrodomésticos que debes desenchufar.
Mantener un hogar seguro implica prestar atención a cada detalle, especialmente al uso de los electrodomésticos. Aunque resultan imprescindibles en la vida diaria, algunos de ellos representan un riesgo latente cuando permanecen enchufados de manera innecesaria. Una correcta prevención permite reducir la posibilidad de incendios y proteger tanto a las personas como a los bienes materiales.
Existen equipos cuya naturaleza requiere estar conectados las 24 horas. La nevera, el congelador y el lavavajillas forman parte de este grupo. Gracias a sus sistemas de eficiencia energética, no representan un riesgo elevado al mantenerse encendidos de forma continua. Su consumo es constante y regulado, lo que los convierte en aparatos seguros para permanecer siempre en funcionamiento.
En cambio, hay electrodomésticos que sí pueden transformarse en una amenaza para la seguridad. Nos referimos a la cafetera, la tostadora, la batidora, la licuadora, las planchas de ropa o cabello y las freidoras eléctricas. Estos aparatos generan calor, acumulan grasa o restos de alimentos y, si no se limpian adecuadamente, pueden provocar chispas y sobrecalentamientos.
La manera más eficaz de estar preparados es contar con un extintor accesible en el hogar. Su uso inmediato ante un conato de incendio marca la diferencia entre un incidente menor y un desastre que afecte a toda la vivienda.
Cuando hablamos de incendios de origen eléctrico, no cualquier herramienta de extinción resulta adecuada. Aquí entra en juego el extintor para electricidad, diseñado para combatir fuegos que involucran aparatos eléctricos en funcionamiento o instalaciones energizadas. Los modelos más efectivos suelen ser los de dióxido de carbono (CO₂) y los de polvo químico seco, que sofocan las llamas sin conducir corriente y sin dejar residuos dañinos en los equipos.
Instalar uno de estos dispositivos en la cocina, pasillos centrales o junto al cuadro de luces garantiza una reacción inmediata y segura frente a cualquier eventualidad relacionada con fallas eléctricas.
Además de los extintores portátiles, los inmuebles pueden reforzar la seguridad con sistemas fijos de extinción. En este ámbito, las Bocas de Incendio Equipadas (BIES) cumplen una función crucial, al estar conectadas a la red de agua para un uso inmediato. Según la normativa vigente, las bies pueden ser de dos tipos:
De 25 mm: diseñadas para ser utilizadas por ocupantes del edificio sin formación especializada. Son ligeras, fáciles de manejar y permiten un uso rápido en situaciones de emergencia.
De 45 mm: orientadas a profesionales y brigadas de intervención. Su caudal es mayor y requieren conocimientos técnicos, por lo que suelen reservarse para incendios de gran magnitud.
Ambas opciones refuerzan las medidas de protección y garantizan una respuesta inicial eficaz antes de la llegada de los servicios de emergencia.
Algunos dispositivos destacan por el nivel de peligrosidad que presentan si no se desenchufan:
Tostadoras: acumulan restos de pan que, al carbonizarse, pueden arder con facilidad.
Freidoras eléctricas: el aceite caliente en contacto con resistencias defectuosas genera incendios muy rápidos.
Planchas de ropa o cabello: alcanzan temperaturas extremas en pocos segundos y pueden quemar superficies al quedar conectadas.
Cafeteras: la acumulación de cal y residuos provoca sobrecalentamientos.
Microondas: su uso indebido o la falta de limpieza puede originar chispas y cortocircuitos.
Desconectar estos aparatos tras cada uso es una acción preventiva que reduce significativamente el riesgo de incendios domésticos.
Acompañar la correcta manipulación de los electrodomésticos con otras acciones multiplica la seguridad:
Revisar periódicamente enchufes y cables, sustituyendo aquellos que muestren desgaste.
No sobrecargar regletas ni tomas múltiples, pues generan sobrecalentamiento.
Mantener limpios los electrodomésticos, eliminando grasa, polvo o restos de alimentos.
Desconectar siempre los aparatos de calor después de utilizarlos.
Ubicar un extintor en zonas visibles y revisarlo para asegurar su correcto estado.
Conocer la ubicación y uso de las BIES en edificios residenciales o espacios comunitarios.
La colocación de los equipos de seguridad es tan importante como su disponibilidad. El extintor para electricidad debe situarse en áreas clave: la cocina, el salón principal y las zonas cercanas al cuadro eléctrico. Por su parte, las BIES se instalan en pasillos, garajes y zonas comunes, permitiendo un acceso rápido y un radio de cobertura más amplio en situaciones de emergencia.
Adoptar medidas de prevención no debe interpretarse como un gasto, sino como una inversión en tranquilidad. Los incendios domésticos suelen originarse por descuidos tan simples como dejar un electrodoméstico enchufado innecesariamente. La suma de hábitos responsables, junto con el uso de extintores y BIES, crea un entorno seguro y preparado para actuar frente a cualquier eventualidad.