Hablar de la normativa de salida de humos en bares es hablar de uno de los pilares sobre los que se sostiene la seguridad, la salubridad y la convivencia en el sector hostelero español. No hay cocina, por modesta que sea, que pueda funcionar sin un sistema de extracción adecuado, y no hay licencia municipal que se otorgue sin cumplir con los requisitos técnicos que garantizan que ese aire cargado de grasas, vapores y olores salga limpio y sin riesgo. Pero detrás de las cifras y las siglas hay algo más profundo: la esencia de un negocio bien hecho, sostenible y responsable.
En pleno 2025, cuando la eficiencia energética y la sostenibilidad son ya compromisos obligatorios, la salida de humos se ha convertido en el termómetro del cumplimiento técnico de un local de hostelería. Desde la forma de la chimenea hasta el material de los conductos, todo cuenta, y todo está regulado. Y si hablamos de materiales, hay un nombre que destaca por encima de todos: el **acero inoxidable**. Este metal no solo reina en las cocinas industriales, sino también en las escolares, donde la seguridad alimentaria y la durabilidad son prioridad absoluta. De hecho, la **importancia del mobiliario de hostelería de acero inoxidable para las cocinas escolares** es hoy un tema central en cualquier proyecto educativo moderno: resistencia, higiene y cumplimiento normativo son tres razones que no admiten debate.
Por eso, antes de hablar de tubos, caudales y ordenanzas, conviene recordar que todo empieza por un diseño sensato y un equipamiento de calidad. Porque un bar o restaurante sin un sistema de extracción eficiente está condenado al fracaso antes incluso de abrir sus puertas. Y ahí, entre filtros metálicos y ventiladores de acero, entra en juego la pieza más visible y simbólica: la campana extractora industrial, ese centinela brillante que corona la cocina y vela, silenciosa, por la seguridad de todos.
La normativa de salida de humos no es un simple papel que firmar. Es un conjunto de reglas estrictas que garantizan que los locales de hostelería cumplan con los estándares de seguridad, salubridad y respeto al entorno urbano. En España, los bares y restaurantes están obligados a instalar un sistema de evacuación de humos independiente y seguro, diseñado para evitar acumulaciones de grasa y vapores, prevenir incendios y reducir molestias a los vecinos.
En este sentido, el sistema debe cumplir con tres grandes objetivos:
Además, en las cocinas industriales, los sistemas deben estar integrados con sistemas de extinción automática, capaces de detectar incendios y neutralizarlos antes de que se propaguen. Un requisito indispensable para cualquier establecimiento moderno que aspire a operar con garantías.
La legislación española sobre salidas de humos es extensa y precisa. Estas son las principales normas que todo profesional del sector debe conocer y aplicar:
El CTE establece que las zonas de cocción deben disponer de una extracción mínima de 50 litros por segundo. Además, exige sistemas independientes para locales de hostelería y materiales resistentes que impidan la acumulación de grasa.
El RITE detalla las especificaciones sobre chimeneas y conductos (ITE 02.14, 03.11 y 09.3), estableciendo condiciones de aislamiento, altura y evacuación que garanticen el correcto funcionamiento del sistema.
Entre ellas destacan la UNE-EN 1856, que regula los requisitos para chimeneas metálicas, y la UNE 123.001, dedicada al diseño y cálculo de sistemas de ventilación y evacuación.
Cada ayuntamiento puede exigir requisitos adicionales: desde la altura mínima de la chimenea hasta los niveles máximos de emisión de olores y ruidos. En algunos casos, incluso se establecen distancias mínimas respecto a ventanas y zonas habitadas.
El diseño de un sistema de salida de humos no admite improvisaciones. Un proyecto técnico mal ejecutado puede traducirse en sanciones, conflictos vecinales o, directamente, el cierre del local. Cada elemento cumple un papel esencial:
Fabricadas en acero inoxidable, las campanas son el punto de inicio de toda la red de extracción. Incorporan filtros de grasa metálicos y lavables, y deben adaptarse a las dimensiones del área de cocinado. Su diseño no solo busca la eficacia, sino también la higiene y la durabilidad. Por eso, en el sector, las campanas industriales se consideran una inversión más que un gasto: garantizan limpieza, seguridad y cumplimiento legal a largo plazo.
Los conductos deben soportar temperaturas mínimas de 400 °C, ser herméticos y trazarse lo más rectos posible. Codos y desviaciones innecesarias reducen la eficacia del sistema y aumentan la acumulación de grasa, un riesgo directo de incendio.
Debe sobresalir de la cubierta del edificio y contar con un sombrerete homologado que impida la entrada de agua o animales. Además, su diseño debe facilitar la limpieza y el mantenimiento periódico.
En la hostelería moderna, el sistema de extracción y el de extinción forman un tándem inseparable. Los sistemas automáticos detectan el fuego en cuestión de segundos, liberan el agente extintor sobre la zona de cocinado y cortan el suministro de aire para evitar la propagación del incendio. Este mecanismo no solo salva vidas y bienes, sino que también es un requisito indispensable en muchas licencias municipales.
En el caso de las cocinas escolares, esta exigencia cobra aún más relevancia. Allí, la presencia de menores obliga a extremar las medidas de seguridad, y el uso de equipamiento de hosteleria certificado, combinado con mobiliario de acero inoxidable, garantiza que tanto el entorno como los alimentos se mantengan en condiciones óptimas de salubridad y resistencia al fuego.
Los errores más frecuentes en la instalación de sistemas de salida de humos son también los más evitables:
Cualquiera de estos fallos puede derivar en sanciones económicas, cierre temporal o incluso la retirada de la licencia de actividad. En un contexto donde la competencia es feroz y los márgenes ajustados, cometer estos errores equivale a hipotecar el futuro del negocio.
La clave para evitar problemas está en planificar con rigor desde el inicio. Es esencial contratar a profesionales especializados en licencias de hostelería, elaborar memorias técnicas precisas y elegir proveedores certificados. El mantenimiento, además, debe ser periódico: filtros, conductos y ventiladores requieren limpieza y revisión constante.
Un sistema de extracción homologado, junto a una estructura de cocina diseñada con mobiliario de acero inoxidable, no solo ofrece seguridad, sino también durabilidad y eficiencia energética. Y en un tiempo donde las inspecciones son más rigurosas que nunca, cumplir la normativa no es un trámite: es una garantía de supervivencia empresarial.
La normativa de salida de humos en bares no es un obstáculo burocrático, sino una herramienta de calidad. Cumplirla significa proteger el negocio, asegurar la convivencia vecinal y reforzar la imagen profesional del establecimiento. En definitiva, se trata de entender que la buena hostelería empieza en la cocina, y que cada detalle —desde la elección de una campana hasta el mobiliario de acero inoxidable— forma parte de un compromiso más grande: el de hacer las cosas bien, con rigor, seguridad y sentido común.